En la librería

Encontré este libro en una librería de Madrid por casualidad, o a lo mejor el libro me encontró a mí. Es una librería enorme, con varias plantas, y mientras ojeaba los libros de las estanterías encontré este título que me llamó mucho la atención: «Escuela de fantasía«. Y la editorial Blackie Books ha hecho que nos volvamos a encontrar. Me han mandado este libro, lo he leído y te cuento qué me ha parecido.

Es una reflexión sobre la educación para profesores, madres, padres y niños. Yo creo que para los estudiantes de magisterio, pedagogía y cualquier carrera relacionada con la educación también puede ser interesante. Así que si quieres descubrir qué hay en este libro, puedes seguir leyendo esta entrada o ver el vídeo.

El libro

En este libro vamos a encontrar algunos de los textos escritos por Gianni Rodari y publicados en la prensa italiana desde mediados de la década de los 60 hasta los 80. A lo largo de estas páginas vamos a encontrar una visión de la educación amplia y rica, y muchas de las ideas y reflexiones que se pueden extraer de estos textos siguen teniendo la misma fuerza, y siguen siendo perfectamente compatibles con la realidad educativa que tenemos hoy en día.

Si echamos un primer vistazo al índice, vemos que el libro se divide en tres grandes bloques:

  • Enseñar a aprender
  • Aprender a enseñar
  • Imaginar

Vamos a ver sobre qué habla en cada parte del libro, pero adelanto ya que la lectura no es lineal: es decir, que puedes empezar a leer directamente lo que más te interese o te llame la atención. Por ejemplo, en caso de que seas docente, estoy seguro de que te resultará muy interesante el segundo bloque: aprender a enseñar. Pero te recomiendo que no te saltes ninguno de los textos, merece la pena leerlo todo y descubrir que el oleaje de la innovación educativa y las ideas vanguardistas llevan muchos años cogiendo fuerza.

El cerebro del niño explicado a los padres
Gianni Rodari

Gianni Rodari

Escritor, periodista, maestro y pedagogo.

Italiano, nacido en 1920, muere en 1980, fue periodista, escritor, maestro y pedagogo. Recibió en 1970 el premio Hans Christian Andersen, un premio a la narrativa infantil que llaman “el pequeño Premio Nobel”. Su trabajo es un banco de ideas para la renovar la educación. Rodari pensaba que la creatividad se puede aprender e incluso enseñar, y que la imaginación debe estar presente en la educación.

Enseñar a aprender

Enseñar a aprender

Rodari defiende que cada niño es diferente. que los niños pueden ser más autónomos e independientes si se lo permitimos, pueden establecer reglas, esforzarse y trabajar si lo que hacen les motiva. En casa y en el colegio, la educación debe estar centrada en el niño.

En ocasiones habla desde la perspectiva de un niño, incluso de un bebé que descubre el mundo y da sentido a lo que ve a su alrededor, cómo funciona el mundo, , las formas, los colores, la tecnología, e incluso la industria. Nos habla de la televisión y el impacto que tiene sobre el aprendizaje del niño, sus anuncios y todo el mercado que gira en torno a los niños. Nos habla también cómo aprende un niño de sus padres, no solo con sus palabras, si no con la forma de contestar al teléfono, de usar un electrodoméstico, en definitiva, con la forma de vivir y a lo que exponemos al niño. Y lo firma, “el nene”.

Rodari menciona el MCE, Movimiento de Cooperación Educativa, que asegura el respeto a los niños y su liberación en todos los sentidos. Esto que suena tan actual, está escrito en 1966, y a su vez, está basado en la pedagogía de Freinet, el método natural, es decir, texto libre, revista escolar, trabajo en equipo, organización cooperativa, asambleas… todo esto que a día de hoy se aplica como algo cotidiano en clase, pero que hace unos años era novedoso, viene de entre 1920 y 1960 aproximadamente. Y a día de hoy es una de las bases metodológicas consideradas innovadoras y con amplios beneficios reconocidos sobre el aprendizaje de los niños. Menciona de nuevo el impacto de la tecnología en la vida cotidiana, cito:

“Los artefactos tecnológicos que entran en la vida cotidiana para ponerse a su servicio en realidad se adueñan de ella.”

En esta parte del texto se aprecia cómo el autor plasma el reflejo de sus ideas en el papel. Define el término PASIÓN de una forma que me he sentido muy identificado:

“[…] capacidad de resistencia y de revuelta; [..] la voluntad de acción y de dedicación; el valor de soñar a lo grande; la conciencia de nuestro deber como personas de cambiar el mundo para mejor, sin contentarnos con los cambios mediocres de decorado que lo dejan todo tal como estaba; el valor de decir no cuando hace falta, aunque decir sí sea más cómodo; de no comportarse como los demás aunque para ello haya que pagar un precio.”

Esto lo entiendo como una llamada a la acción. Los docentes que hayan elegido esta profesión por vocación, que sean unos apasionados de su trabajo, tienen que llevar esta dirección que lleva al uso del sentido crítico, al cambio y al papel protagonista de los valores.

En el capítulo 4 de este primer bloque “enseñar a aprender” encontramos las Nueve formas de enseñar a los niños a odiar la lectura. Las que me han resultado más curiosas han sido “presentar el libro como una alternativa a la televisión o como un instrumento de tortura, decirle que los niños de antes leían más, obligarle a leer o echarle la culpa si no le gusta la lectura.

En estos capítulos se hace mención a cómo la literatura infantil se ha convertido en una industria rentable que presenta una amplia oferta de estímulos a los pequeños lectores. Describe su panorama editorial actual como un paisaje cambiante e imprescindible, menciona la falta de conexión entre los editores y los niños. Sin embargo, hace un llamamiento a los editores y autores relacionados con la literatura infantil para que den respuesta real a la necesidad pedagógica de los pequeños lectores.

A día de hoy, parece que Rodari se adelantó a su época, porque en la sección de literatura infantil encontramos ejemplares centrados en la educación emocional, educación social, libros que trabajan la empatía, el respeto a los demás, historias en las que los protagonistas tienen alguna discapacidad o algún trastorno… en definitiva, un abanico de posibilidades que va más allá de los hermanos Grimm, Mark Twain o Han Christian Andersen.

Para cerrar este primer bloque, Rodari propone un capítulo que se llama “apuntes para un minimanual del diálogo entre padres e hijos”. Especialmente, creo que este último capítulo es, lógicamente para madres y padres, pero también para los docentes, todos los que profesionalmente tengan relación con niños, ya sean maestros, profesores de secundaria o monitores.

Aprender a enseñar

Este segundo bloque del libro, que se me hace corto en extensión pero denso en contenido, comienza con una carta. Se llama “Una escuela distinta”. Explica por qué es casi imposible usar el mismo discurso sobre educación para cualquier contexto. Cada contexto, aun hablando de un mismo país o un mismo pueblo, tiene unas características que se deben tener en cuenta al definir los objetivos educativos. Por características de contexto se entiende, en base a lo que escribe Rodari, condiciones económicas, situación familiar, religión, posición política o ideológica, expectativas académicas y laborales… De alguna forma, Gianni Rodari describe un paisaje difícilmente armonizable por muchas razones.

Después de presentar este panorama, habla de dos tipos de padres: los padres sudistas y la guardia blanca, describe situaciones escolares tan actuales que parece mentira que el texto haya sido escrito en 1970. Ya establece los intereses y las necesidades de los niños como centro de toda acción educativa, rompiendo con la imposición de la escuela tradicional. Llama a la creación de una escuela distinta en la que deben participar los padres: su propuesta es sustituir la disciplina por la modestia, la paciencia, la tenacidad y la tolerancia, y los define como medio para la democracia.

Este texto es un retrato de la escuela que ha viajado en el tiempo, o que se ha mantenido en el tiempo. Lo que me esperanza es ver cómo la situación va cambiando, al principio de forma tímida, pero ahora a pasos agigantados. Y nosotros tenemos la suerte de estar viviendo este cambio en el terreno educativo.

En el corazón de este libro está el capítulo 10, “Escuela de la fantasía”, un texto publicado en 1981 y menciona una obra anterior llamada “Gramática de la fantasía” publicada en 1973, en la que defiende la dirección de cambio de la escuela, de un papel pasivo del alumno a otro papel protagonista; sustituir la atención y memoria por un rol de niño creador, productor e investigador. Este texto va un paso más allá.

Rodari nos propone la fantasía como elemento fundamental del proceso creativo, como instrumento para explorar la realidad, construir hipótesis y encontrar soluciones a problemas que aún no hemos resuelto. Nos propone también sustituir los ejercicios abstractos por la provocación de una situación que tienen que resolver. Nos habla del discurso, que estoy seguro que todos hemos oído en alguna ocasión, que en la escuela los niños tienen que coger buena “base”. Y definimos esa “base” como saber poquito de aritmética, un poquito de geografía, un poquito de historia, un poquito de lengua, aunque deja bien claro que la lengua no es ni una asignatura, ni una materia, etc. Nos habla del cambio del concepto cuantitativo de la enseñanza hacia un sentido cualitativo. Dice que el conocimiento no es una cantidad, sino una búsqueda. No tenemos que darles a los niños cantidades de saber, sino instrumentos para investigar, para crear, para llevar esa búsqueda hasta donde puedan llegar. Nosotros como docentes tenemos que acompañarlos y darles a conocer esos instrumentos. Aquí Rodari nos habla claramente del desarrollo de las competencias clave, nos habla de lo que hoy es vanguardia a nivel europeo y a nivel mundial. Difumina los límites de los compartimentos estancos de las asignaturas y apuesta por el desarrollo de habilidades de autoaprendizaje de las que puedan seguir haciendo uso una vez finalicen su etapa escolar. Y este desarrollo de competencias se tiene que dar desde la etapa de infantil.

Este bloque se cierra con una reflexión sobre lo sumamente compleja y delicada que es la relación entre padres y profesores.

Imaginar

Este último bloque consta de cinco textos. El primero nos habla del posible valor educativo que tienen los cuentos teniendo en cuenta las características de la sociedad actual. Menciona a Vladímir Propp, que recuerdo que me tocó estudiarlo durante la carrera y que describe la morfología del cuento, los elementos y sus funciones. A día de hoy se siguen planteando los cuentos como material educativo, la cuestión es si se pueden seguir usando los mismos cuentos de siempre o necesitamos adaptarlos o renovarlos. Rodari reflexiona sobre este tema y plantea tanto argumentos a favor como en contra.

En los dos siguientes capítulos, Rodari nos plantea la visión que tiene un niño pequeño de su entorno y cómo cualquier elemento cotidiano puede ser una fuente inagotable de historias. Entonces nos plantea varios criterios para crear un cuento con los elementos que nos rodea. Aquí es donde entra en juego la fantasía. En un cuento, las cosas y los personajes pueden hacer lo que quieras, sin atender a las leyes de la naturaleza o al sentido común. El segundo criterio que menciona es que no tiene por qué haber un hilo conductor, a menos que la audiencia lo exija, en este caso, los niños. El último criterio es utilizar algunos elementos, no estrictamente necesarios, pero que resultan especialmente atractivos para los niños, como las rimas, que les ayudará a recordarlos. Nos muestra un abanico de fórmulas para crear relatos cómicos que sean atractivos para los niños, como el tío loco, Caperucita Azul o el contexto erróneo.

Tras haber leído estos dos capítulos, yo haría un llamamiento a todos los docentes universitarios que impartan esta materia en la universidad para que, además de mencionar a Vladímir Propp cuando se trabaje el cuento como recurso educativo, incluyan la figura de Gianni Rodari como referente. Estoy seguro que todas las madres y padres que están viendo este vídeo y que le den valor educativo a cuento, van a encontrar útil estos dos capítulos.

En el siguiente texto hace un recorrido por la poesía que guarda relación con los niños, no solo en su sentido formal, sino en la que se presenta de forma cotidiana y que los niños usan para echar a suertes o para jugar. Hace un análisis bastante completo, presentando numerosas situaciones, de la presencia de la poesía en el día a día de los niños. En el último texto, “Escribir para niños hoy”, Gianni Rodari nos habla de Gianni Rodari. Él dice que no con un fin autobiográfico, pero leyendo este último capítulo conocemos de primera mano un resumen muy claro de la carrera del autor. Utiliza una expresión que me ha resultado como mínimo curiosa por la elección de las palabras: “En el siglo XIX empezaron a ir al colegio y a consumir libros escolares”, aunque no le da mayor importancia a este hecho. Menciona que al poco tiempo comenzaron a incluir cuentos en los libros de texto. Defiende que los cuentos no se están muriendo, sino que gozan de mejor salud que nunca, en parte, gracias a la escolarización.

Fuentes

Decía al principio que  este libro recopila textos publicados en la prensa italiana desde mediados de la década de los 60. Al final del libro podrás encontrar un apartado con las fuentes bibliográfica, la mayoría del periódico italiano del que fue director, “Il giornale dei genitori” (El periódico de los padres).

Maestros, padres, niños

Gianni Rodari ofrece una reflexión sobre aspectos educativos que podría estar dirigido tanto a padres como docentes. En última instancia, los niños son los beneficios de las enseñanzas que contiene este libro.

Visionario

Muchísimas de las propuestas o cuestiones que plantea Rodari en sus escritos se están tratando de resolver a día de hoy. Después de leer “Escuela de fantasía” creo que desde el punto de vista educativo Gianni Rodari es un visionario o un adelantado a su época, que fue capaz de detectar necesidades concretas en la forma de educar en la escuela.

Reflexiones sobre educación para profesores, padres y niños.

Vídeo

2 Comentarios

  1. nilda cruz

    Muy interesante todo lo publicado aqui, felicitaciones para el maestro Javier, ¡excelente! Dame permiso para copiar tu estilo.

    Responder
    • Javier Gaviño

      Gracias por tu comentario. ? ¿A qué te refieres con copiar me estilo? Puedes usar los recursos o poner en práctica las ideas que comparto aquí. Si te refieres a eso, te animo.

      Si quieres usar mis vídeos en otra web o canal, tienes que escribirme a mi email: javier@ideasparaprofes.con

      Un saludo

      Responder

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